lunes, 24 de mayo de 2010
LA GAVIOTA Y EL ARCO IRIS
Una gaviota volaba inmersa en una hermosa bruma de otoño, cuando a lo lejos vio encenderse el arco iris.
Asombrada por lo que creyó la entrada del cielo, se lanzó en su persecución. Pero cuanto mayores eran sus esfuerzos para alcanzarlo, tanto más escurridizo se tornaba el insólito fenómeno, hasta que por fin cayó al suelo exhausta.
En aquella circunstancia límite, oyó una misteriosa voz que le dijo:
"De la misma manera que el arco iris es una condición del que observa y no una realidad, también lo es vuestro mundo con los colores y las formas. Todo depende de las condiciones del observador, y de ellas surge lo que llamáis realidad."
Entonces supo la gaviota que había alcanzado, por fin, el arco iris.
Anónimo.
sábado, 22 de mayo de 2010
DEDICADO A MI MADRE
Hay una mujer....
Que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor,
y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana
y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.
Una mujer, que si es ignorante, descubre con mas acierto los secretos de la vida que un sabio,
y si es instruida se acomoda a la simplicidad de los niños.
Una mujer, que siendo pobre se satisface con los que ama,
y siendo rica daría con gusto sus tesoros por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño,
y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.
Una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan,
pero después de muerta daríamos todo lo que poseemos por mirarla de nuevo un solo instante,
por recibir de ella un solo abrazo,
por escuchar un solo acento de sus labios.
De esa mujer no me pidas el nombre, si no quieres que empape en lágrimas el pañuelo..
. esa mujer yo la vi por el camino.
¡Es mi Madre!
Que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor,
y mucho de ángel por la incansable solicitud de sus cuidados.
Una mujer que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana
y en la vejez trabaja con el vigor de la juventud.
Una mujer, que si es ignorante, descubre con mas acierto los secretos de la vida que un sabio,
y si es instruida se acomoda a la simplicidad de los niños.
Una mujer, que siendo pobre se satisface con los que ama,
y siendo rica daría con gusto sus tesoros por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud.
Una mujer que siendo vigorosa, se estremece con el llanto de un niño,
y siendo débil se reviste a veces con la bravura de un león.
Una mujer que mientras vive no la sabemos estimar, porque a su lado todos los dolores se olvidan,
pero después de muerta daríamos todo lo que poseemos por mirarla de nuevo un solo instante,
por recibir de ella un solo abrazo,
por escuchar un solo acento de sus labios.
De esa mujer no me pidas el nombre, si no quieres que empape en lágrimas el pañuelo..
. esa mujer yo la vi por el camino.
¡Es mi Madre!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)